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Cofradías

Cofradía de San Antonio Abad

Los orígenes de esta cofradía se remontan al 22 de mayo de 1537, momento en que se constituye la hermandad por parte de un grupo de varones laguneses con los apellidos; Cardo, Fernández, López, dos ramas de Rodríguez, Sánchez y Valencia. Hoy estos apellidos son apellidos históricos de la villa de Laguna de Negrillos. Esta cofradía se convertía así, en la primera de la villa y, es hoy, una de las más antiguas de la provincia de León.
 
En sus inicios, la cofradía era únicamente para varones, las mujeres quedaban excluidas. Solo podían pertenecer a la hermandad los varones y sus descendientes que fuesen también varones. Tampoco podían participar hijos, nietos o biznietos de hombres que no hubieran formado parte de la cofradía aun cumpliendo el requisito del apellido. Era requisito imprescindible seguir la rama familiar para poder ser cofrade. Esto ha provocado, actualmente, que el apellido Sánchez haya perdido la hermandad por falta de descendencia.
 
El motivo de la creación de esta cofradía, no era otro que venerar y honrar al santo patrón de los ganaderos y protector de los animales, San Antonio Abad, en una villa que desde sus orígenes tuvo raíces agrícolas y ganaderas y que en la actualidad sigue siendo la actividad económica principal de las familias que en ella viven.
 
La vestimenta, de obligado cumplimiento, que todos los hermanos han de portar consiste en una larga capa y sombrero, ambos de color negro. Esta elaborada con paño negro y la parte interior forrada con genero fino, generalmente de color rojo. Se reservaba para días festivos como es esta celebración.
 
El cargo de mayordomo, máximo órgano de poder de la organización, dura un año y termina con la organización de la fiesta en honor al Santo al año siguiente.
 
Esta cofradía también tiene el cometido de organizar una misa el 23 de febrero en honor a Santa Marta, patrona de Astorga, diócesis a la que perteneció la villa hasta 1960. Otro cometido de la cofradía es portar los cetros y estandartes de la hermandad en los funerales de los hermanos cofrades.
 
Desde el siglo XVII, con la adecuación y reconstrucción del templo de la Iglesia de Nuestra Señora del Arrabal, la cofradía cuenta con una pequeña capilla en la que se encuentra un retablo con la imagen del Santo durante todo el año.
 
Desde sus orígenes, el mayordomo de la cofradía organiza los actos que tienen lugar el 17 de enero, día de la festividad de San Antonio Abad. Entre estos actos, a parte de los eucarísticos, se encuentra el recital de los refranes al santo a lomos de un caballo, yegua, burro o similar a las puertas de la Iglesia de Nuestra Señora del Arrabal una vez finalizada la eucaristía. Un acto un tanto pintoresco, pero con profundo fervor y respeto al Santo. Esta tradición dejo de hacerse hacia los años 60 del siglo pasado, se recuperó en el año 2012 y desde entonces se ha vuelto a repetir algún otro año. El recital no era otra cosa que ofrecerle algo al santo a cambio de la petición, una vez recitado el refrán, el jinete debía de dar una vuelta completa al tempo y regresar a recitar otro refrán, así hasta terminar las peticiones y ofrendas al Santo. Será por ello, que la calle donde se recitan estos refranes, se llamase en su día, calle La Revuelta. Los jinetes solicitan peticiones de los más variado, desde “trabajo para todos en estos tiempos de crisis”, por la salud de sus animales y por supuesto, no faltan las peticiones curiosas y divertidas, como pedir “una buena novia/o”.
 
Otro acto del día es la bendición de los animales en la que perros, gatos, pájaros, peces, caballerías de arrastre… reciben el agua bendita por parte del párroco. En un pasado eran los burros los animales que más requerían estas bendiciones.
 
Para finalizar los actos públicos, tiene lugar una subasta de tartas, animales u otros alimentos que previamente han sido ofrecidas al santo por parte de algunos vecinos. Recientemente, se ha llegado a pagar hasta 70€ por un gallo. También se realiza una rifa del “gochín de San Antón”. Estas subastas sirven para financiar la cofradía y para realizar diferentes acciones sociales entre las que se incluyen, una donación a la Asociación Contra el Cáncer de León y una donación de una cesta de alimentos al comedor de la Asociación Leonesa de Caridad.
 
Finalizados todos estos actos, los hermanos de la cofradía se reúnen siempre en una comida de hermandad, una comida que, nuevamente, estaba restringida a los varones. Las mujeres ni siquiera podían participar para servir o colaborar cuando esta comida se hacía en las casas particulares. Actualmente, desde hace ya varias décadas, se realiza en un restaurante de la localidad.
 
A partir del año 2010, debido a los cambios sociales, demográficos y culturales, la cofradía abre puerta a las mujeres, hijas de hermanos de la cofradía, que deseen formar parte de la hermandad, siendo hermanas en las mismas condiciones que los varones. Aunque hubo sus reticencias porque siempre hay quien se resiste a los cambios, la decisión fue aprobada por unanimidad.
 
En el año 2012 es mayordoma, por primera vez en la historia de la hermandad, una mujer. Además, fue este año cuando se recuperó el tradicional “recital de San Antón” y se traslada la celebración de la fiesta al fin de semana siguiente a la onomástica del patrón para facilitar la asistencia de todos los hermanos cofrades.
 
Una autentica tradición que, con cambios a mejor, perdura en el tiempo y que es huella de un largo pasado que marca la historia de la villa de Laguna de Negrillos.

Cofradía de la Santa Vera Cruz

La Cofradía de la Santa Vera Cruz, está constituida en Laguna de Negrillos al menos, desde el año 1600 según fuentes oficiales de la Cofradía. Sin embargo, se conoce un documento depositado, hoy día, en la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid, que narra una ejecutoria escrita por el escribano Juan de Palacios sobre un pleito litigado por la Cofradía de la Cruz de Laguna de Negrillos con un vecino de dicha villa llamado Gonzalo Gutiérrez sobre la ejecución de los bienes de éste para hacer pago de la compra de unas viñas. Este documento está fechado el 6 de mayo de 1597 por lo que se ratifica que en estos años ya existía una Cofradía de la Cruz en la villa de Laguna de Negrillos. Es la segunda Cofradía más antigua de la villa.
 
No obstante, no se conocen muchos datos de esta cofradía hasta el 15 de marzo de 1909, año en el que se redactan los estatutos que regirán su funcionamiento la cual había sido creada para dar culto y honra a la Cruz de Cristo. Los Abades de la Cofradía están conformados por un Mayordomo, dos Jueces, un Procurador, un Secretario y dos Monitores o Andadores. Hay que señalar que en sus orígenes y hasta no hace muchos años era una cofradía solo de hombres, y generalmente si el padre de familia pertenecía a la Cofradía, también lo solían hacer los hijos.
 
Estos estatutos redactados en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, manifiestan que el día de la festividad de la Cofradía es el 3 de mayo, día de la Invención de la Santísima Cruz. Este día, hacía las 10 de la mañana, parte una procesión con la imagen de Santa Marina de la Iglesia de San Juan Bautista a la Iglesia de Ntra. Señora del Arrabal donde se canta una salve, despidiendo la procesión con un responso hasta el camino “La Barca” que parte hacía la Ermita de Santa Cruz, allí se hace entrega de la imagen al Ayuntamiento que traslada la imagen a la Ermita. Los hermanos cofrades retornan a la Iglesia de San Juan Bautista con las insignias de los faroles y el crucifijo conocido como “Jornalero”. Hacía las 9 de la tarde, los hermanos recibirán con las mismas insignias a Santa Marina en el camino “La Barca” para procesionarla de nuevo hasta la Iglesia de San Juan Bautista. En la víspera de este día, la Cofradía reparte entre sus hermanos “la colación” consistente en una hogaza de pan y una botella de vino bendecidas.
 
El día 14 de septiembre la Cofradía también está obligada a oficiar una Misa con la asistencia de todos los hermanos para celebrar la Exaltación de la Santa Cruz. El 15 de septiembre se celebrará una Misa por los hermanos difuntos a la que deberán asistir todos los hermanos.
 
Esta Cofradía es la única de la villa encargada de los actos de la Semana Santa. En los estatutos originales, solo estaba encargada de organizar la procesión de Jueves Santo, llamada “Procesión de La Carrera”. A esta procesión, debían de asistir obligatoriamente todos los hermanos ya que se pasaba lista al comenzar y al terminar. Buena justificación era necesaria para que los Abades no sancionaran a los hermanos que no asistían. Si alguno no pudiese asistir por problemas de salud, tenía que avisar a uno de los Jueces. Los mayores de 60 años quedaban exentos de asistencia. Debian ir revestidos de túnica morada, descalzos, cabeza descubierta, colocándose en dos filas con una vela y un rosario en la mano, en silencio y guardando el mayor orden posible. El hecho de ir descalzos, indica claramente la fe con la que se llevaba a cabo la procesión ya que en ocasiones pisaban tierra piedras y charcos que bien podían repercutir en la salud. Se  llamaba “La Carrera” por ser una procesión que se intentaba completar en el menor tiempo posible, recorría parte de la actual C/ La Carrera, nombre que adquirió por ser parte del recorrido de esta procesión. Los Jueces de la Cofradía se encargaban de velar que quienes portaban las insignias, y abrían la procesión fueran a un paso moderado.
 
Durante la Semana Santa, desde la muerte de Cristo hasta su Resurrección, se cerraban los bares, las discotecas y el cine. Era obligatorio no comer carne ciertos días, aunque se podía moderar su consumo comprando una bula al párroco. Los jóvenes se reunían para “matar Judios” a base de  limonada que preparaban días antes.
 
El Viernes Santo, por la mañana se realizaban los oficios en la Iglesia, por la tarde se hacía procesión, la de “La Soledad”, pero en este caso era organizada por “Las hijas de María”, una especie de Cofradía a la que pertenecían todas las mujeres que lo deseaban y que en ocasiones se representó una procesión viviente con personas de la localidad.
 
El Domingo de Resurrección, salía otra procesión, “El Encuentro”, a la que asistían en su mayoría mujeres que organizaban el encuentro de la Virgen con su hijo, donde entonaban cánticos que aún se conservan en la actual procesión.
 
A partir de 1996, con la modificación de las actuales procesiones, la Cofradía se hizo cargo de organizar además de la “Procesión de La Carrera” el Jueves Santo, con los pasos del Nazareno y la Virgen de la Piedad, la “Procesión de la Soledad” el Viernes Santo con los pasos del Cristo de la Trinidad  y la Virgen de la Soledad, y la “Procesión del Encuentro” el Domingo de Resurrección con los pasos del Cristo Resucitado (Miguel Bejarano, escultura de 1,70 cm realizada en madera de cedro, Sevilla 1999) y La Virgen de la Soledad. El primer año se hizo un solo paso portado por gente de fuera de la localidad, principalmente de Valencia de Don Juan los cuales nos instruyeron para los posteriores años. Con esta reforma de las procesiones, en la Cofradía comenzaron a tener la misma relevancia tanto hombres como mujeres, uniformados de túnica y capuchón morados y calzado oscuro portando ambas imágenes como podemos ver en la actualidad. Además, en los últimos años se ha incrementado la participación de la juventud portando los pasos, razón por la cual estas tradiciones pueden mantenerse.
 
Entre sus propuestas estuvo en la mesa crear una Banda de Cornetas y Tambores como las existentes en otras localidades cercanas, idea que nunca llegó a materializarse. También se propuso encargar una talla original  de una Virgen de la Soledad ya que la se procesiona actualmente es una Inmaculada Concepción.
 
En el año 2004, debido al deseo de los niños y la juventud de portar igual que los mayores, se crea por parte de la Cofradía la “Procesión del Domingo de Ramos”, en cuya procesión se saca a “La Burriquilla”, una ligera talla elaborada y donada por un lagunés portada a hombros de los niños que en un principio procesionaban con el uniforme habitual. Desde hace pocos años, esta procesión ha quedado desvinculada de la Cofradía y la organiza la propia Parroquia de San Juan Bautista. 
 
Entre las Agrupaciones musicales que han acompañado en las procesiones en varias ocasiones, destacan la Banda de Cornetas y Tambores del Bendito Cristo de los Afligidos de Astorga, la Banda de Cornetas y Tambores “El Salvador” de Villamañan, la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad de Jesús de Nazaret de Valencia de Don Juan, la Banda de Cornetas y Tambores de la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Vera Cruz de León, la Agrupación Musical “Santo Cristo de la Bienaventuranza” de León, la Banda de Cornetas y Tambores “San Roque” de Valderas, la banda de Cornetas y Tambores “Ntra. Sra. De la Vega” de Benavente y la banda de Cornetas y Tambores de “Ntra. Sra. De las Angustias y Soledad” de La Bañeza entre otras agrupaciones y bandas.
 
En el año 2009, se renovaron las andas de los pasos para hacerlas más ligeras. En el mismo año, se celebró el centenario de los estatutos de la hermandad. 
 
Esta Cofradía como todas las que existen en Laguna, también tiene el cometido de acompañar a los hermanos difuntos hasta que se les haya verificado su sepelio.

Cofradía del Señor Sacramentado

La Cofradía del Señor Sacramentado, está constituida en Laguna de Negrillos desde el año 1648. Desde su inicio, el objetivo fue organizar la procesión del Corpus Christi que posiblemente se viniera celebrando en la localidad desde años anteriores. Sin embargo, no se conoce un reglamento de la cofradía hasta el 4 de marzo de 1910. En este año, el vecino Manuel Álvarez, abre el reglamento con estas letras;
 
<<En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En la villa de Laguna de Negrillos, a cuatro de marzo de mil novecientos diez, los vecinos de dicha villa que suscribimos, con el deseo de dar culto y honor a nuestro Señor Jesucristo que está real y verdaderamente en la sagrada Hostia, venerándole y adorándole… establecemos y fundamos en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de esta referida villa una hermandad que se titulara Cofradía del Señor Sacramentado, obligándonos a la observación de los estatutos contenidos en los capítulos siguientes:
Cap. 5º.- La cofradía sufragara los gastos de la festividad del Santísimo Corpus Christi.
Cap. 6º.- Todos los hermanos de nuestra cofradía asistirán devotamente a la Misa y procesión del Santísimo Corpus Christi al no estar impedidos o excusados por causas que se expresan en otro capítulo, y los que sean nombrados para hacer apariencias de apóstoles, asistirán y harán las apariencias con los vestidos y el modo que tiene ordenado nuestro Excmo. Prelado (sacerdote) en su comunicación a fecha de 3 de junio de 1898.
 
El miércoles preámbulo del día grande del Corpus, se recibe la fiesta y tras la recitación de las Vísperas durante la tarde en la parroquia de San Juan Bautista, se hacen los nombramientos de cargos para el año siguiente, según se especifica minuciosamente en el cap. 10 de la mencionada regla (Jueces, Mayordomo y Procurador) quienes, a su vez, se encargan (cap. 11) de nombrar los músicos, danzantes y apóstoles que hayan de funcionar en esta festividad. El Mayordomo es el encargado principal de la organización del festejo. Los aspectos económicos para la financiación de la festividad, junto con las finalidades de ayuda mutua de los cofrades, son así mismo, detenidamente tratados en el reglamento de la cofradía. La Cofradía del Señor también tiene el cometido de acompañar a sus hermanos difuntos a verificar su sepelio.
 
“La procesión del Corpus” congrega cada año a cientos de personas en torno a un espectáculo único donde se mezclan la espiritualidad y el teatro. La procesión, hasta no hace muchos años, tenía dos actos. Por la mañana, los danzantes y birrias salen de la Iglesia de Santa María del Arrabal y van danzando hasta la de San Juan Bautista. Se dirigen posteriormente a buscar al Mayordomo, a los Jueces de la Cofradía y al Sacerdote; finalmente se trasladan al extremo de la villa para recoger a San Sebastián y llevarlo a la Iglesia de San Juan Bautista. Se inicia aquí el desfile procesional completo por las calles y plazas del pueblo hasta la Iglesia de Ntra. Señora del Arrabal, donde se celebra la Santa Misa ya a continuación se vuelve a la iglesia de San Juan Bautista. Aquí terminaba el primer acto. Por la tarde tenía lugar otra procesión alrededor de la plaza donde está situada la iglesia de San Juan Bautista, en la que San Sebastián ya aparece sin careta y camina detrás del santísimo alrededor de la plaza.
 
La festividad da comienzo a las once y media del Jueves (ahora celebrado el Domingo siguiente) dando señal de campanas en la parroquia para que se reúnan los hermanos que tienen que aparecer. A las doce llega, en plan de desafío, San Sebastián con los danzantes y dulzaineros y, de forma mutilada, pregunta por el Señor que el día antes había estado en su casa.
 
San Sebastián llega a la puerta de subida al coro y pregunta:
- ¿Dónde está el Señor?
El Mayordomo contesta:
- En el coro reunido con los apóstoles.
Los apóstoles junto con el Señor guardan silencio al escuchar el tono desafiante de San Sebastián  que añade:
- ¿A que ha ido el Señor a buscar a mi casa?
El Señor responde desde el coro:
- He ido para convencer al bravío capitán.
Entonces San Sebastián, furioso, empuña la espada a la izquierda, brazo derecho alzado, sale a la calle y dice:
- ¡No pasarán!
 
San Sebastián es el jefe de los revolucionarios. Abre la procesión, ataviado en un estilo entre carnavalesco y militar, con paso corto y lento, con postura rígida y golpeando con fuerza el suelo. Se muestra muy nervioso, va en contra de la religión, no admite su fé Cristiana. La gente lo mira como a un bravo capitán revelado contra el orden. Su función dramática posee un marcado carácter alegórico que pretende pero no consigue oscurecer el brillo del Santísimo Sacramento en los actos y procesión del Corpus. La costumbre marcaba que, como resultado de su intervención, este personaje debía destrozar los robustos tacones de madera de sus flamantes y sonoros zapatos, para lograr justificar de modo aceptable su cometido. Debido a su peculiar coreografía, sus zapatos son forzados a convertirse, en sí mismos, en ocasionales idiófonos y a transformar las superficies del suelo por donde pisa, entre ellas, la tarima de madera de la iglesia, que cobra protagonismo y notoriedad coreográfica en momentos como el preámbulo de la procesión, iniciado en lo alto del coro y conocido como “La bajada de los apóstoles”. En esos minutos de su duración y con el templo abarrotado, las condiciones acústicas de la iglesia contribuyen a configurar un característico entorno sonoro a base de raseos y taconeos, arropados por el incesante y ritmado “carrascleo” de las castañuelas de los danzantes que, al unísono, son tañidas al son de la melodía específica para la ocasión interpretada por la dulzaina y el tambor. Este resultado ambiental, debido a la construcción de su peculiar sonoridad, llama la atención y es y ha sido perfectamente identificable durante generaciones, por lo cual permanece grabado en la memoria de muchos vecinos y aficionados a la fiesta. Un hecho que pone de manifiesto el alto nivel de relevancia social asociado al acto por sus instrumentos y objetos protagonistas.
 
Detrás de San Sebastián, van los doce apóstoles y detrás va Cristo, con los dedos en alto y lleva a los dos evangelistas, uno a cada lado, al final va el palio con el Santísimo Sacramento, a los lados van los danzantes bailando al Señor y los birrias poniendo orden y paso paso a la procesión. Los acompañan las mejores imágenes que se conservan en los templos y las niñas y niños ataviados con los trajes y vestidos con que ese año han recibido la Primera Comunión.
 
En la Plaza del Santísimo Sacramento, San Sebastián realiza diversas venias ante un altar tras los oportunos rezos realizados ante el último altar litúrgico del recorrido de la procesión, seguidamente los danzantes efectúan el baile de “las vueltas” que es complicado por el brincadillo con varias vueltas que tienen que realizar de forma acompasada.
 
La procesión continua y sobre las trece y media horas llega a la Iglesia de Ntra. Sra. del Arrabal donde se celebra la Santa Misa. Luego continua la marcha al lugar del que ha partido la procesión, la Iglesia de San Juan Bautista, donde San Sebastián sale descubierto a paso muy ligero hasta su casa, después de haberse humillado y puesto de rodillas ante el Santísimo Sacramento. Pasa de ir moralmente contra la religión a ir a favor del Señor. Le siguen los danzantes, birrias y representantes de la Cofradía, San Sebastián corre avergonzado por su prepotencia al querer colocarse a la altura del mismo Dios. Con este acto, concluye la vistosa, prolongada y sentida celebración.
 
La fiesta de Laguna que aquí comentamos puede considerarse en muchos aspectos como una supervivencia de las antiguas representaciones dramáticas, en línea con las moralidades y los autos que dieron origen al teatro español. La procesión con que se celebra esta festividad es una mezcla originalísima de solemnidad litúrgica y retablo guiñolesco.
 
Precisamente es en manifestaciones de este tipo donde más claramente se releva el sentido social de la religión. Paradójicamente, la figura clave del Corpus de Laguna no nos parece que sea el Santísimo Sacramento, sino el misterioso personaje de San Sebastián, santo y capitán de los bandidos al mismo tiempo. A los ojos de observadores y participantes, el centro de atenciones resulta este personaje de paso arrogante, cuya representación con aires de espectacularidad y fortaleza proporciona cierto status honorífico dentro de la comunidad para el actor que hace de San Sebastián.
 
San Sebastián viste braga negra abotonada en la rodilla, casaca militar negar con puños y cuellos colorados y en la manga lleva cuatro estrellas de capitán. Va cubierto con mantón de manila, tocado con gorro napoleónico y rostro con careta. Empuña en una mano espada y en la otra una saeta.
 
Nos tenemos que aventurar en terreno de la hipótesis para poder explicar de alguna forma el sentido y funcionalidad de este personaje. Partiendo de que toda manifestación popular, sea sagrada o profana, es el reflejo de unas determinadas situaciones históricas y sociales en que se mueve la comunidad en cuestión. Los expertos en esta materia han dado las siguientes explicaciones: San Sebastián, es el jefe de los revolucionarios y un bandido que reta con arrogancia al Señor, pero que al final termina arrepintiéndose. Entonces, ¿Qué relación puede tener esto con la fiesta del Corpus propiamente dicha? Se cree que pueda ser una “impureza” acumulada con posterioridad a los orígenes de la misma y que ha producido con el paso del tiempo una traslación de los elementos figurativos e icónicos específicos del Corpus hacia otros accesorios, como es el de este personaje.
 
Una estructura social feudal, correspondiente a la Baja Edad Media, con el levantamiento de campesinos sin tierras, sujetos bajo el yugo de un señorío, sería el marco histórico en que se encuadra la figura de este bandido, pero que los poseedores del poder económico, manipulando los sentidos religiosos de las masas, transformaron con el tiempo en un revolucionario que se subleva contra el señor feudal. Reflejo, en efecto, de nuestra sociedad en esa época, en la que el pueblo campesino de Laguna de Negrillos estaba sujeto a las órdenes del poderoso Señor Conde de Luna en el que algún vecino del pueblo llano campesino se sublevase contra el Conde que estaría “representado” en el bravío capitán San Sebastián. Los movimientos populares campesinos, mesiánicos, se están estudiando actualmente con suma atención dentro de las ciencias sociales e históricas.
 
San Sebastián también podría ser un bandolero social, rebelde primitivo, al estilo de los descritos por Eric J. Hobsbawn. Si nos situamos en el siglo XIX el San Sebastián revolucionario podría simbolizar el papel de bandolero decimonónico, rebelde inconformista, de ideología conservadora, defensor del pueblo contra los abusos e injusticias de los terratenientes y de los invasores extranjeros, o quizás un bandido elevado a rango de capitán por el invasor francés y al servicio de sus ideas liberales, modernizantes y desamortizadas, versus lo nativo, lo autóctono, lo cristiano.
 
Dice Hobsbawn:
…A su modo, los bandoleros, vestidos con traje campesino raido y llevando la escaparla borbónica o llevando indumentaria más solemne eran los vengadores y defensores del pueblo…
…Los bandoleros meridionales de los años 60 del siglo pasado como los que actuaron entre 1779 y 1815, se consideraban defensores del pueblo contra los terratenientes y los extranjeros…
 
De esta forma este misterioso personaje de San Sebastián se habría convertido, en algunos momentos históricos reseñados, en un santo ante los ojos de los campesinos, y al mismo tiempo en un revolucionario ante la opinión de los señores poderosos y se habría incorporado, de una forma confusa, amalgamando en sí, diversos papeles asignados por categorías sociales enfrentadas al espectáculo religioso de la fiesta del Corpus Christi.
 
De todas formas, sean o no aceptadas las hipótesis emitidas, la moraleja de la representación del festejo es clara: El capitán de los bandidos y el jefe de los revolucionarios, San Sebastián, termina sometiéndose al señor, que bien podría ser, en la historia real de esta comunidad, un señor feudal o terrateniente. Así se confirma la tesis de que las manifestaciones religiosas tienden a reforzar el orden social vigente y el status.
 
Juntamente con la figura comentada, participan en el Corpus Christi de Laguna otros actores:
 
Los doce apóstoles, que no son exactamente doce ya que falta Judas Iscariote, también acompañan un Evangelista (San Mateo), un santo (San Miguel), el precursor (San Juan Bautista) y Jesucristo. Cada uno de estos personajes portan un símbolo, tapa su cara con una lograda mascara y desfila en la procesión entre imágenes de devoción popular llevadas en andas por mujeres, hombres, niños y niñas de la localidad. 
 
Los ocho danzantes, cuatro a cada lado de los apóstoles. Danzan con claro simbolismo guerrero y sagrado en honor del Señor hasta el agotamiento físico, al toque de dulzaina y tambor.
 
Los birrias, feos y endemoniados personajes, de negro con rabo, cuya función actual es la de abrir paso a la procesión golpeando sus “trallas” y mantener el orden a lo largo de la misma.
 
Si comparamos el Corpus de Laguna con otros Corpus también conocidos, como por ejemplo, el de Camuñas (Toledo), Sitges (Barcelona), Puente Arenas (Pontevedra)… la diferencia fundamental esta en el carácter didáctico de explicación del ministerio cristiano de la Eucaristía. Queda quizá un tanto relegado ante la comentada figura de San Sebastián en el Corpus de Laguna, aunque en todos ellos aparezcan en alguna forma la lucha entre la virtud y el pecado, con el triunfo siempre de la primera.
 
El Corpus Christi en Laguna de Negrillos es una fiesta de hondo raigambre entre sus gentes y que ha prendido en los corazones de los laguneses con el espíritu de un alma común. La tosca y bella rusticidad confiere al Corpus de Laguna un valor antropológico y cultural de primer orden dentro del folklore provincial y nacional. Por ello esta fiesta ha sido reconocida de interés turístico provincial y regional en el año 1991. El deseo ahora por parte de la cofradía y del Excmo. Ayuntamiento es que concedan a esta fiesta el título de interés turístico nacional.

Cofradía de las Ánimas

Esta Cofradía también tiene pocos hermanos cofrades. Su función principal es acudir a los funerales con sus estandartes y con la presencia del mayor número de hermanos de la Cofradía del difunto/a. Esta Cofradía celebra una misa cada mes, más otra el día de la función. En total 13 misas al año.
 
Generalmente los hermanos o hermanas que pertenecen a la Cofradía, lo son, por que sus antepasados también lo eran. No obstante puede solicitar su hermanamiento cualquier persona que lo desee.
 
Un cometido de la Cofradía que se realizaba en el pasado, era el estar tocando las campanas toda la noche una vez al año. Posiblemente esto se hiciese el 31 de octubre, coincidiendo con la víspera del día de difuntos.

Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús

Esta Cofradía gira en torno a la imagen que lleva su nombre. Es la cofradía de más reciente creación y está constituida solo por mujeres por lo que el número de hermanas es excaso.
 
Entre las funciones de la Cofradía, también tiene el cometido de acompañar a las hermanas difuntas hasta que se verifique su sepelio.

Cofradía de San Roque

Esta Cofradía pertenece a la Parroquía de San Martín de Conforcos y su cometido es organizar los actos del día de San Roque, el 16 de agosto de cada año.
 
Son muy pocos hermanos y actualmente todos lo son por haber sido sus antepasados de ahí que la Cofradía siga con actividad.
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