San Pedro de Negrillos (desaparecido)
San Pedro de Negrillos o simplemente Negrillos aparece en un documento fechado el 2 de enero de 1077, la donación de la iglesia al obispo de astorga y que estaba dedicada a los Santos Pedro y Pablo, Emiliano, Miguel y otros no mencionados, pero de los que se hace constar la existencia de reliquias de todos ellos. El templo es de nueva planta habiéndolo edificado los mismos donantes, Pedro Martínez y Jimena, su esposa. A esta iglesia o monasterio, como aparece ya en un documento de confirmación de las propiedades fechado el 18 de febrero de 1085 y firmado por el obispo asturicense Osmundo, se le dota espléndidamente con propiedades situadas fuera del propio Negrillos. Así aparece firmado por el obispo asturicense Pedro y confirmado por un total de veintiséis personas y tres testigos.
La donación hecha por Pedro y Jimena es grande. No faltan los materiales para el servicio religioso, ni animales domésticos, aunque escasos, solo dos caballos y un yugo de bueyes. Tampoco falta la donación de tierras, como la mitad de la villa de Rapinoy (hoy Villarrabines) que había sido de los abuelos y de los padres de Pedro Martínez, situada junto al río Esla, entre el monasterio de Algadefe y Villamandos y la mitad de otra villa, adquirida por ellos mismos a la que llaman Villa Estrigo (Villaestrigo), ubicada entre Zotes, Cazanuecos y Negrillos. Se añade también media “arancata” de viña situada en el termino de Negrillos, a la falda de los montes Samovandum.
Más adelante, Alfonso VI confirmó todas las propiedades de Negrillos en cuanto a villas y monasterios.
En el término de Negrillos se dice en un documento datado en 1157 que existen 7 casas de behetría, un ejemplo claro del institucionalismo jurídico que hubo en el Páramo ya en la edad media. Una behetría era una población cuyos vecinos tenían derecho a elegir a su señor. De esta manera elegían al que les hacia más bien y los vecinos eran conocidos como hombres de behetría. Esto sería así por que Negrillos sería poblada por descendientes de antiguos behetreros.
A partir del año 1164, con la aparición de los tenentes en Laguna, ya se menciona a Laguna de Negrillos como un único centro poblacional. Con la concesión del fuero de 1205 por Alfonso IX, Negrillos, aunque se identifica como término geográfico, se confirma ya un único núcleo poblacional centrado en Laguna de Negrillos.
No obstante Negrillos siguió teniendo población acogiendo una aljama de judíos hasta su expulsión en 1492. En los diversos repartimientos fiscales de finales del XV, la comunidad judía de Laguna aparece unida con el núcleo hebreo de Negrillos.
Con la expulsión de estos, la absorción de monasterios y la atracción de la población hacia Laguna que esta a escasos 300 metros, Negrillos quedo totalmente abandonado.
Los terrenos que ocuparon Negrillos fueron mas tarde propiedad del Conde de Luna que arrendaba a los vecinos de Laguna, así lo recoge una referencia notarial del año 1592. Luego pasó a manos del Duque de Frías. Más tarde pasó a ser propiedad de Genaro Bayón Luengo y por herencia a su hijo Mariano Bayón del Valle que en 1878 las cedió a varios vecinos de Laguna de Negrillos constituyendo sobre ellas un censo enfiteútico (renta). Desde entonces las disfrutaron para el ganado pues la ínfima calidad de sus terrenos hacía que no fueran aprovechables para la roturación y no producían renta alguna, girándose entre todos los vecinos el reparto para satisfacer las 2.000 ptas. anuales a que asciendia el censo. Más tarde este censo lo entregaban a Fermín Latas Folgueira y de este a Félix Espeso Pernía vecino de La Bañeza, el cual compró dicho terreno adquiriendo el derecho al cobro del censo. Finalmente, el ayuntamiento adquiere esta finca a Juan Espeso González por 165.000 ptas. y en 1970 el Ayuntamiento vende la finca al médico local Jose Luis Pascual González por 1.050.150 ptas.
Hoy el término que un día ocupó Negrillos es un paraje privado de cultivo de regadío conocido como “los casares”. De este lugar, cuentan nuestros mayores que traían piedras, posiblemente del antiguo monasterio y de las viviendas, para hacer nuevas construcciones en Laguna.
La donación hecha por Pedro y Jimena es grande. No faltan los materiales para el servicio religioso, ni animales domésticos, aunque escasos, solo dos caballos y un yugo de bueyes. Tampoco falta la donación de tierras, como la mitad de la villa de Rapinoy (hoy Villarrabines) que había sido de los abuelos y de los padres de Pedro Martínez, situada junto al río Esla, entre el monasterio de Algadefe y Villamandos y la mitad de otra villa, adquirida por ellos mismos a la que llaman Villa Estrigo (Villaestrigo), ubicada entre Zotes, Cazanuecos y Negrillos. Se añade también media “arancata” de viña situada en el termino de Negrillos, a la falda de los montes Samovandum.
Más adelante, Alfonso VI confirmó todas las propiedades de Negrillos en cuanto a villas y monasterios.
En el término de Negrillos se dice en un documento datado en 1157 que existen 7 casas de behetría, un ejemplo claro del institucionalismo jurídico que hubo en el Páramo ya en la edad media. Una behetría era una población cuyos vecinos tenían derecho a elegir a su señor. De esta manera elegían al que les hacia más bien y los vecinos eran conocidos como hombres de behetría. Esto sería así por que Negrillos sería poblada por descendientes de antiguos behetreros.
A partir del año 1164, con la aparición de los tenentes en Laguna, ya se menciona a Laguna de Negrillos como un único centro poblacional. Con la concesión del fuero de 1205 por Alfonso IX, Negrillos, aunque se identifica como término geográfico, se confirma ya un único núcleo poblacional centrado en Laguna de Negrillos.
No obstante Negrillos siguió teniendo población acogiendo una aljama de judíos hasta su expulsión en 1492. En los diversos repartimientos fiscales de finales del XV, la comunidad judía de Laguna aparece unida con el núcleo hebreo de Negrillos.
Con la expulsión de estos, la absorción de monasterios y la atracción de la población hacia Laguna que esta a escasos 300 metros, Negrillos quedo totalmente abandonado.
Los terrenos que ocuparon Negrillos fueron mas tarde propiedad del Conde de Luna que arrendaba a los vecinos de Laguna, así lo recoge una referencia notarial del año 1592. Luego pasó a manos del Duque de Frías. Más tarde pasó a ser propiedad de Genaro Bayón Luengo y por herencia a su hijo Mariano Bayón del Valle que en 1878 las cedió a varios vecinos de Laguna de Negrillos constituyendo sobre ellas un censo enfiteútico (renta). Desde entonces las disfrutaron para el ganado pues la ínfima calidad de sus terrenos hacía que no fueran aprovechables para la roturación y no producían renta alguna, girándose entre todos los vecinos el reparto para satisfacer las 2.000 ptas. anuales a que asciendia el censo. Más tarde este censo lo entregaban a Fermín Latas Folgueira y de este a Félix Espeso Pernía vecino de La Bañeza, el cual compró dicho terreno adquiriendo el derecho al cobro del censo. Finalmente, el ayuntamiento adquiere esta finca a Juan Espeso González por 165.000 ptas. y en 1970 el Ayuntamiento vende la finca al médico local Jose Luis Pascual González por 1.050.150 ptas.
Hoy el término que un día ocupó Negrillos es un paraje privado de cultivo de regadío conocido como “los casares”. De este lugar, cuentan nuestros mayores que traían piedras, posiblemente del antiguo monasterio y de las viviendas, para hacer nuevas construcciones en Laguna.