San Sebastián
Viste traje napoleónico; casaca militar, con las estrellas de capitán, cruzada desde el hombro derecho a la cintura izquierda por mantón de manila, calzón o braga negra hasta la rodilla, medias de punto caladas y zapatos femeninos de tacón bajo. Lleva máscara inexpresiva de rostro humano, peluca con coleta que le cae por la espalda, gorro napoleónico, con iniciales grabadas de S.S. (San Sebastián) en un lateral y M (Mártir) en el otro. Lleva guantes blancos que sujetan en la derecha una larga flecha (saeta) con sus iniciales y en la izquierda el pomo de su espada.
San Sebastián, es el personaje protagonista de la procesión, representa al centurión romano (siglo III) que por su fe cristiana fue martirizado. Causa extrañeza su anacrónica vestimenta y caminar militar que pueden encontrar su explicación en las adaptaciones, a personajes españoles de la época, que se hicieron en el teatro moderno de los personajes históricos y bíblicos.
En su recorrido trata de negar al público su fe cristiana, que finalmente reconoce cuando realiza una venia con la cara descubierta ante el Santísimo tras lo cual se va presuroso.