Los Birrias
Los Birrias representan el demonio cristiano del que procede todo mal y son perturbadores del orden. Visten mono negro con capucha y rabo integrado. En tonos rojos llevan galones en mangas, flecos en tobillos, banda con flecos en la espalda y borla en la capucha. Poseen una máscara o careta negra con rostro endemoniado de tonos rojos y blancos y con dos cuernos terminados en cedras de animal. Un calzado negro y otro blanco, intercambiado entre los dos personajes. Como arma, una “traya” o látigo símbolo de lucha contra el cristianismo.
Su misión actual, siempre va unida a la de los Danzantes, que representan lo contrario. Contribuyen al buen desarrollo de la función religiosa, manteniendo el orden, impidiendo que nada ni nadie perturbe la celebración de los actos religiosos ayudando a los Danzantes en todo. Además, abren los distintos tipos de danzas junto a los danzantes y realizan la “birriada”, para atraer la atención hacia ellos con las travesuras que realizan, y así evitar que se puedan ver los posibles fallos del complejo paloteo de los Danzantes. Otras funciones de los birrias, quizás ocultas, son; encender la hoguera al comenzar cada fiesta como símbolo de inauguración, provisionar la “parva” a los danzantes durante los ensayos y decorar las calles de ramos de árboles por donde transcurre la procesión.
El experto Antonio Vinayo González sostiene que antiguamente los Birrias vestían de rojo, color demoníaco clásico, frente al negro del cristianismo. Además, “echaban algunos lazos”, es decir, tocaban con el “látigo” a los espectadores y estos se veían obligados a pagar un donativo para purificarse de la influencia del diablo. Hoy este juego sigue realizándose, aunque mutilado y sin su significado primitivo. También su misión era diferente, todo lo contrario a lo actual. Debían de entorpecer todo acto que honrase a Dios; intentaban interrumpir la danza.
Algunos expertos en este tipo de mascaradas y tradiciones, nos dicen que en los últimos años las figuras de los Birrias merman la credibilidad de la representación al no llevar continuamente las caretas debido al calor y a la poca visión que se capta con ellas puestas.
Al igual que con la figura de Danzante, las mujeres han abierto camino en representar a los dos Birrias. Fue en la festividad del Voto del año 2024 cuando Amaia y Raquel enfundaron el traje de birria al igual que durante cientos de años lo hacian unicamente los hombres. Ese mismo año, en San Isidro, las niñas Lidia y Lucía también lucieron el traje endemoniado.