Cerca o Muralla
La cerca o muralla de Laguna de Negrillos, se construyó simultáneamente con el primer castillo, entre los años 1188 y 1205, en la época del rey Alfonso IX, justo cuando Laguna se transforma en un centro político de la corona del reino de León con todas sus nuevas atribuciones y con un cambio de la morfología urbana que hacen suponer una planificación que afectaría no sólo al perímetro murado sino también a la distribución viaria, los edificios, las plazas... es en estos momentos cuando Laguna obtiene el título de “Villa”. Desde 1164 Laguna ya tenía “Tenente”, que era una figura institucional cuya función era delegar directamente al rey, también se dota a Laguna de un alfoz o nuevo territorio al que subordinan las aldeas y población campesina del entorno, se concede el primer fuero, se crea un mercado y otras regulaciones jurídicoinstitucionales (jueces, alcaldes...), también se establecieron las exenciones y obligaciones que los vecinos tenían con el monarca. Las fortificaciones en su conjunto estaban formadas por el castillo que era la residencia del rey o de sus delegados y la cerca o muralla cuyas funciones eran, al igual que el castillo, resguardar a los habitantes del lugar en caso de guerra.
En la segunda mitad del siglo XII y primeros del XIII, la villa de Laguna de Negrillos tendría unos 200 vecinos para lo que se trazó un recinto amurallado de casi 9 Ha, una superficie excesiva para la mejor de las previsiones, que según el fuero era de 400 vecinos, con una previsión “a la baja” -por razones fiscales- de 300. En el interior del recinto se reservaron espacios para el mercado, el castillo, la iglesia, las plazas... sin embargo, con tanta extensión, debieron de quedar amplios solares vacantes.
La cerca de la “nueva” puebla se construyó describiendo una planta ovalada ligeramente irregular que hoy día podemos divisar por la morfología de las calles actuales. Estaba construida con tapias de hormigón de cal y cantos rodados al igual que el castillo primitivo con 3,2 m de anchura y de 1,25 m de hilada. Actualmente no hay grandes restos de esta muralla, solo se conserva una altura de 3 m en el costado norte del castillo desde donde arrancaba la cerca pudiendo seguir su trazado por la disposición de los viales: c/ Santa Cruz, c/ Principe Felipe, c/ La Paz, c/ Honda, avda. Arrabal y c/ La Cerca. Otro tramo, de escasa longitud y altitud, se conserva en la zona del Arrabal haciendo de cimientos a la casa construida encima. Igual que en este caso, otros tramos desaparecieron o están ocultos en las bases de algunas de las casas. Tampoco se conserva ninguna de las cuatro puertas que, al menos tendría, a juzgar por la disposición vial, situadas en los extremos de los principales ejes viales: en el eje norte-sur, c/ Fray Cipriano de la Huerga (al norte) y c/ Pedro Llamas (al sur); en el eje este-oeste, Plaza del Castillo (al este, junto al castillo) y c/ Dulzaineros (al oeste). A juzgar por la disposición radial de otras calles que parten de las plazas (plaza de San Juan, plaza del Santísimo Sacramento) pudo contar con otras puertas y portillos al noreste (c/ de la Cruz y c/ Príncipe Felipe) y noroeste (C/ Procesión Corpus Christi). En cada puerta existía un pequeño puente de madera ya que el terreno exterior de la muralla era más bajo y en todo su perímetro estaba rodeado por aguas, en el norte y oeste por lagunas, en el sur por una cárcava de un pequeño desagüe que nacía en las lagunas y por el este el propio arroyo reguerales. Algunos de esos puentes como el de la c/ Alfonso V se mantuvieron hasta los años 70. Otro puente fue el conocido como “Pontón” donde estaba la entrada sur y donde la leyenda dice que apareció la imagen de nuestra patrona la Virgen del Arrabal.
Con unos ejes de unos 380 x 300 m, la puebla alcanzaría una superficie total de 8,95 Ha. La disposición urbanística en el interior del recinto trasluce, como decíamos, aún hoy, después de una continua transformación, respecto de su morfología original medieval. Además de la adaptación ovalada de las calles perimetrales a la cerca, se aprecian aún los principales ejes viarios originales dispuestos norte-sur y este-oeste.
En el centro de la villa, se alza la iglesia de San Juan Bautista. Ante ella la plaza de San Juan Bautista que distribuye radialmente los viales hacia las salidas septentrionales; un poco más al sur otra plaza, la del Santísimo Sacramento, distribuye radialmente los viales hacia las puertas meridionales. Al exterior de estos últimos fue creándose “el arrabal”, donde debió tener sus viviendas el grupo hebreo y la actual iglesia de Nuestra Señora del Arrabal que debió de ser la sinagoga de estos. Se sabe que en los siglos XIV y XV, la puerta de la c/ Pedro Llamas (antes c/ Pontón) comunicaba con el arrabal, se cerraba a la puesta de sol y se abría al amanecer, permitiendo el paso al exterior e interior. Cristianos y Judíos no podían estar juntos durante la noche, eran normas de la Edad Media. Algunas mujeres cristianas que ejercían de criadas en casas de los judíos, quienes solían vivir en los arrabales, si retrasaban su vuelta, se encontraban con la puerta cerrada a cal y canto y tenían que pernoctar en el arrabal.
Frente a esta fisonomía intramuros, tan expresiva de la configuración medieval de la puebla, contrasta hoy el parcelario más regularizado y disperso del crecimiento moderno extramuros. El castillo se emplaza en el centro del lado oriental, contra la cárcava del arroyo.
Se sabe que las murallas estaban aún conservadas en el siglo XVI, pero poco después debieron ir desapareciendo debido al deterioro y a la extensión de las parcelas. Muchos vecinos, como decíamos, aprovecharon estos cimientos para la construcción de nuevas casas. Estos hechos, las necesidades de cada época y la poca protección arquitectónica cultural que existía antes, ha llevado a la desaparición continua y casi final de la cerca de Laguna de Negrillos que un día resguardo a sus vecinos de los ataques enemigos.
En la segunda mitad del siglo XII y primeros del XIII, la villa de Laguna de Negrillos tendría unos 200 vecinos para lo que se trazó un recinto amurallado de casi 9 Ha, una superficie excesiva para la mejor de las previsiones, que según el fuero era de 400 vecinos, con una previsión “a la baja” -por razones fiscales- de 300. En el interior del recinto se reservaron espacios para el mercado, el castillo, la iglesia, las plazas... sin embargo, con tanta extensión, debieron de quedar amplios solares vacantes.
La cerca de la “nueva” puebla se construyó describiendo una planta ovalada ligeramente irregular que hoy día podemos divisar por la morfología de las calles actuales. Estaba construida con tapias de hormigón de cal y cantos rodados al igual que el castillo primitivo con 3,2 m de anchura y de 1,25 m de hilada. Actualmente no hay grandes restos de esta muralla, solo se conserva una altura de 3 m en el costado norte del castillo desde donde arrancaba la cerca pudiendo seguir su trazado por la disposición de los viales: c/ Santa Cruz, c/ Principe Felipe, c/ La Paz, c/ Honda, avda. Arrabal y c/ La Cerca. Otro tramo, de escasa longitud y altitud, se conserva en la zona del Arrabal haciendo de cimientos a la casa construida encima. Igual que en este caso, otros tramos desaparecieron o están ocultos en las bases de algunas de las casas. Tampoco se conserva ninguna de las cuatro puertas que, al menos tendría, a juzgar por la disposición vial, situadas en los extremos de los principales ejes viales: en el eje norte-sur, c/ Fray Cipriano de la Huerga (al norte) y c/ Pedro Llamas (al sur); en el eje este-oeste, Plaza del Castillo (al este, junto al castillo) y c/ Dulzaineros (al oeste). A juzgar por la disposición radial de otras calles que parten de las plazas (plaza de San Juan, plaza del Santísimo Sacramento) pudo contar con otras puertas y portillos al noreste (c/ de la Cruz y c/ Príncipe Felipe) y noroeste (C/ Procesión Corpus Christi). En cada puerta existía un pequeño puente de madera ya que el terreno exterior de la muralla era más bajo y en todo su perímetro estaba rodeado por aguas, en el norte y oeste por lagunas, en el sur por una cárcava de un pequeño desagüe que nacía en las lagunas y por el este el propio arroyo reguerales. Algunos de esos puentes como el de la c/ Alfonso V se mantuvieron hasta los años 70. Otro puente fue el conocido como “Pontón” donde estaba la entrada sur y donde la leyenda dice que apareció la imagen de nuestra patrona la Virgen del Arrabal.
Con unos ejes de unos 380 x 300 m, la puebla alcanzaría una superficie total de 8,95 Ha. La disposición urbanística en el interior del recinto trasluce, como decíamos, aún hoy, después de una continua transformación, respecto de su morfología original medieval. Además de la adaptación ovalada de las calles perimetrales a la cerca, se aprecian aún los principales ejes viarios originales dispuestos norte-sur y este-oeste.
En el centro de la villa, se alza la iglesia de San Juan Bautista. Ante ella la plaza de San Juan Bautista que distribuye radialmente los viales hacia las salidas septentrionales; un poco más al sur otra plaza, la del Santísimo Sacramento, distribuye radialmente los viales hacia las puertas meridionales. Al exterior de estos últimos fue creándose “el arrabal”, donde debió tener sus viviendas el grupo hebreo y la actual iglesia de Nuestra Señora del Arrabal que debió de ser la sinagoga de estos. Se sabe que en los siglos XIV y XV, la puerta de la c/ Pedro Llamas (antes c/ Pontón) comunicaba con el arrabal, se cerraba a la puesta de sol y se abría al amanecer, permitiendo el paso al exterior e interior. Cristianos y Judíos no podían estar juntos durante la noche, eran normas de la Edad Media. Algunas mujeres cristianas que ejercían de criadas en casas de los judíos, quienes solían vivir en los arrabales, si retrasaban su vuelta, se encontraban con la puerta cerrada a cal y canto y tenían que pernoctar en el arrabal.
Frente a esta fisonomía intramuros, tan expresiva de la configuración medieval de la puebla, contrasta hoy el parcelario más regularizado y disperso del crecimiento moderno extramuros. El castillo se emplaza en el centro del lado oriental, contra la cárcava del arroyo.
Se sabe que las murallas estaban aún conservadas en el siglo XVI, pero poco después debieron ir desapareciendo debido al deterioro y a la extensión de las parcelas. Muchos vecinos, como decíamos, aprovecharon estos cimientos para la construcción de nuevas casas. Estos hechos, las necesidades de cada época y la poca protección arquitectónica cultural que existía antes, ha llevado a la desaparición continua y casi final de la cerca de Laguna de Negrillos que un día resguardo a sus vecinos de los ataques enemigos.
Dirección
C/ Santa Cruz, 9 y Plaza Ntra. Sra. del Arrabal, sn
